domingo, 15 de noviembre de 2020


Mamá

 

En el año 2011 pensé por primera vez y en serio que quería ser madre, el 30 de noviembre de 2019 lo conseguí,  os voy a contar que pasó entre estas dos fechas.
Ese mismo año en el que Luis y yo nos planteamos ser padres nos casamos, ya hacía unos cuantos años que nos queríamos y vivíamos juntos, pero deseábamos formar nuestra familia y casarnos nos pareció una  buena idea.
Al año siguiente de forma natural me quedé embarazada y de forma natural también aborté. Fue un shock porque  era algo que no contemplaba, tenía poca información de la maternidad y nadie me había hablado de sus abortos hasta que me pasó ,entonces muchísima gente de mi alrededor me contó que había tenido una experiencia parecida a la mía. Supongo que nuestro cerebro intenta que lo olvidemos porque duele, para que eso no me ocurriera  me tatué un corazón en el dedo meñique, antes de abortar  llegué a escuchar el corazón del bebé y latía fuerte ,muy fuerte, por eso rellené el corazón de tinta para que se viera bien y no olvidarlo.
Esa experiencia me sacudió y decidí recuperarme física y emocionalmente antes de seguir intentándolo, comencé a trabajar y llegó una época de mucho ajetreo estaba viviendo un feliz momento profesional y   la idea de ser padres quedó aparcada aunque no olvidada. Pasaron unos años y llegó el momento de volver a intentarlo, en unos meses me volví a quedar embarazada, igual de feliz que la primera vez pero con mucha más cautela y miedo. La historia se repitió pero esta vez el corazón no latía, necesité una intervención y después quedé muy flojita. En esta ocasión la recuperación física me costó más , estaba cansada , hinchada , necesité hacer reposo. Además después de un segundo aborto comenzaron a hacerme pruebas por si había algún problema, la respuesta siempre era: TODO ESTÁ BIEN. En mi dedo anular llevo tatuado el contorno de un corazón , solo el contorno, vacío sin latido, tampoco quiero olvidar esa experiencia.
Las dos experiencias me trajeron aprendizajes que he interiorizado y me han cambiado ...ahora se que no puedo controlarlo todo, no doy nada por hecho, que soy vulnerable, que estar físicamente mal me pone triste, que no quiero el stress y la ansiedad en mi vida, que me gusta la calma...muchas lecciones.

Desde entonces empezó un AUTOCUIDADO en todos los sentidos, comencé a hacer deporte , quien me siga en redes recordará un reto de 21 días seguidos corriendo 5 KM , o mis paseos de una hora diarios cada mañana, eliminé toxicos como el tábaco y el alcohol, retomé el contacto con la naturaleza, nuestras vacaciones pasaron de ser disfrutadas en grandes capitales Europeas por paraísos naturales como  Cadaqués, Menorca, Asturias, La isla de Ré (Francia) buscábamos calma, naturaleza y relajación. Comencé a meditar cada día, eso sí, a mi manera con meditaciones guiadas ,  abrí mi corazón a una vida más espiritual , leer libros para aprender a gestionar mis emociones se convirtió en mi pasatiempo favorito. La intención y fin de todo esto era encontrarme bien y ser un poco más feliz cada día .
Nunca me obsesioné con el hecho de ser madre, mi idea era ser feliz antes de serlo, para mi esto si era muy importante, no quería dejar la responsabilidad a mi hijo de tener que  hacerme feliz .
En Marzo de 2019 me quedé embarazada , de forma natural, de hecho tuve que hacerme varios test porque no me lo creía, había sido un mes muy complicado porque había fallecido mi abuela (su enfermedad también fue todo un aprendizaje para mi), me gusta pensar que fue un regalo que nos envió ella. En el momento perfecto, no cuando yo quería, sino cuando la vida decidió que estaba preparada., Mi mantra favorito durante estos años ha sido  Confía en la vida , cada vez que algo no salía como yo quería me lo repetía en mi cabeza y lo sentía en el pecho.
Tuve un embarazo estupendo, todos los cuidados que anteriormente había comenzado en cuestión de alimentación , ejercicio, emocionales, me ayudaron muchísimo, no tuve que empezar nada radicalmente porque fue un continúo de los hábitos que ya tenía incorporados en mi vida.
Hace unas semanas me comentaron que hablara de maternidad en el blog y mi respuesta es que yo no puedo hablar de algo que estoy viviendo y a la vez aprendiendo, no tengo experiencia ni soy profesional de nada relacionado con la maternidad así que prefiero no hacerlo. También aprendí que la honestidad trae mucha paz a tu vida. 
Pero si me apetecía contaros como fueron los años antes de conseguirlo porque no fue un camino fácil y cuando subo estas preciosas fotos llenas de amor y felicidad alguien puede pensar que idealizo la maternidad  y no es así. Mi realidad es que al final del día por muy cansada que esté le doy el pecho a Luis y soy feliz. Puede que alguien que esté leyendo este texto se sienta identificada con alguna de las situaciones complicadas que yo he vivido hasta llegar aquí y quiero regalarle mi mantra CONFÍA EN LA VIDA.
A la maternidad se puede llegar de muchas formas y yo lo hice subida a una montaña rusa de subidas, bajadas y algún tramo de descanso, así es mi vida. 

A este año tan complicado que estamos viviendo yo le sumo mi año como madre novata, con todas las novedades que eso conlleva . Y es ahora cuando me doy cuenta que necesitaba todo ese tiempo para modelar mi persona y poder disfrutar la maternidad como lo estoy haciendo.
Luis y yo siempre decimos que traer al mundo a Luis es lo mejor que hemos hecho y la experiencia más bonita que hemos vivido, nos ha cambiado a los dos. Yo llevo experimentando ese cambio desde 2011 cuando decidí que quería ser madre. No me preparé para ser madre, lo hice para ser una persona feliz.


¡Feliz Domingo!





No hay comentarios:

Publicar un comentario