domingo, 25 de octubre de 2020

Potaje blanco

 De pequeña odiaba el  potaje blanco, también el verde, en realidad cualquier plato de cuchara. Yo era de las que" no comía bien" , de las que escuchaba "si no te lo comes ahora lo tendrás para merendar" (algo que nunca sucedía).

Potaje Blanco de la madre de Luis,Seve

Miro el plato que tengo servido en la mesa  y mis ojos hacen un fundido en negro para trasladarme a casa de mis abuelos, tengo 8 años y estoy sentada en la mesa del comedor , de espaldas a la televisión, "mi sitio" es curioso el ceremonial alrededor de la mesa que se crea en cada casa. Yo me sentaba  al lado de mi abuela quien servía cada plato con "su protocolo".  Primero  servía a Miguel , el vecino que venía a casa a comer, luego mi padre y mi abuelo, después mis hermanos y yo y por último, mi madre y mi abuela. Sí, éramos ocho todos los días alrededor de una mesa ovalada color caoba.

Mi yo de pequeña

Nosotros vivíamos en casa de mis abuelos,  por entonces no sabía que eso era un regalo que nos hacía el universo y mi abuela era una excelente cocinera ,eso también lo aprecié con los años.

Recuerdo sus manos cogiendo el cucharón y sirviendo cada plato de esa exquisita comida que ella hacía

Cuando éramos todos alrededor de la mesa caoba, más el primo de Argentina

 . No se si a vosotros os pasa ,seguro que si, por eso estáis leyendo esto, por eso sois de mi comunidad , “el Grupo” al que pertenezco. Todos necesitamos pertenecer a un grupo donde ser entendido o al menos escuchado; pues lo que yo os quería contar, es que  recuerdo perfectamente las manos de mi abuela, de hecho, si cierro los ojos puedo acordarme de todas las manos de la gente que quiero y he querido . 

Por ejemplo , Mi abuela tenía unas manos pequeñas, molludas , con dedos cortos y unas uñas cuadradas un poco feúchas, pero su tacto era suave, su piel siempre parecía súper hidratada, siempre estaban  calientes y llenas de anillos ,que hacían un peculiar sonido cuando chocaban en la mesa. Recuerdo lo que sentía cuando me cogía de la mano y sobre todo recuerdo lo que sentía cuando era yo quien la tocaba . 

Mi bautizo, mi abuela fue mi madrina

¿Sabíais que las yemas de los dedos tienen un especial poder memorístico? cuando tocamos algo las sensaciones son procesadas por nuestra piel y durante unos segundos el cerebro decide si esa información hay que desecharla o es válida para quedarse y convertirse en un recuerdo de los sentidos.

La memoria sensorial, me hizo un favor  y guardó todos estos recuerdos. Si cierro los ojos, recuerdo muchas manos.

Vuelvo al plato de potaje que hay encima de la mesa de mi casa y miro a la derecha, en la alfombra está jugando luisete , voy hacia él y le acaricio su mano, luego le pongo sus pequeños deditos  encima de la mía, me toca los anillos, los tatuajes y nos sonreímos . Algún día seré su recuerdo.

Luisete y yo 

Ahora tú, cierra los ojos ¿Qué manos recuerdas?


#memoriaháptica #Felizdomingo







1 comentario:

  1. Acabo de descubrir tu blog. Estoy encantado. Ya te contaré. Este relato biográfico genial. Abrazo.

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